Ciudad romana
Muchas ciudades de la antigua Roma descendieron de los campamentos permanentes que los soldados romanos construyeron para asegurar la posesión de su Imperio.
Antes de construir una ciudad, los constructores fijaban sus dimensiones y el número de habitantes que podía albergar. Una vez elegido el sitio, un sacerdote venido de Roma examinaba el hígado de una ardilla y de un faisán para comprobar si el lugar elegido era suficientemente salubre y una vez que se verificaba que el sitio era adecuado, se elevaban plegarias a los dioses en señal de agradecimiento y se confirmaba oficialmente la elección inicial del lugar.
Una vez llegados los soldados; auxiliados por por los esclavos que les acompañaban, empezaban a levantar un campo militar, el castrum, que reproducía a pequeña escala, la planta de la ciudad.
Construcción[editar | editar código]
Los planos[editar | editar código]
Los ingenieros hacían el plano general y el centro del castrum pasaba a convertirse en el centro de la ciudad: las dos calles principales, el cardo que iba de Norte a Sur y el decumanos que iba de Este a Oeste se ensanchaban y prolongaban. Toda la superficie quedaba dividida por calles dispuestas paralela y equidistantemente unas de otras, formando una especie de tablero de ajedrez. Una elevada muralla rodeaba la ciudad, con 4 puertas fortificadas con torreones. A lo largo del interior de las murallas se dejaba una franja de terreno de 9 m de anchura, denomonada pamerium, que constituía el confín sagrado de la ciudad y que se encontraba bajo la protección de los dioses. En el mapa también estaban detallados los lugares donde se construirían las fuentes, los baños y los excusados públicos.
El foro, centro político, comercial y religioso también estaba proyectado, así como un mercado central y un anfiteatro.
Cada manzana estaba compuesta de casas diferentes entre sí, las casa más lujosas solían ser de una sola planta y en ellas habitaba una sola familia, mientras que las casas más humildes podían tener dos o más plantas y en ellas habitaban varias familias.
En el mapa de cada ciudad se hacían constar los nombres de cada propietario y las dimensiones de su solar, estos datos eran archivados en la oficina del catastro situada en Roma.
Finalmente, mediante una ceremonia religiosa cuya antigüedad databa de hacía siglos, se hacía la fundación oficial de la ciudad: un sacerdote romano, que manejaba un arado tirado por una vaca blanca y un toro, trazaba un surco en torno a la superficie que se había elegido. Sobre ese surco se levantarían las murallas y dentro del espacio delimitado por él, la protección de los dioses quedaba asegurada.
Las calles[editar | editar código]
Los agrimensores trazaban el recorrido de las calles. Estas tenían que cruzarse en ángulo recto. Cuando el recorrido de una calle estaba trazado, se excavaba a ambos lados de la misma dos canalillos paralelos que se recubrían con gruesos bloques de piedra. Después se excavaba otro canal más profundo y más ancho entre ambas hileras de bloques, que se rellenaban de piedras hasta obtener el nuevo nivel de la calle. La última capa constituía la pavimentación.
De tanto en tanto, la calzada estaba atravesada por una hilera de bloques de piedra equidistantes entre si, con la doble finalidad de facilitar el cruce de la calle a los peatones y entorpecer la circulación de los vehículos, de manera que no pudieran alcanzar velocidades peligrosas. Cuando llovía, el agua era recogida por las alcantarillas situadas debajo de las aceras.
Las murallas[editar | editar código]
A un lado y otro del surco trazado por el sacerdote con el arado, se excavaban dos grandes zanjas, amontonando la tierra que se iba extrayendo en medio, hasta formar un montón que se reforzaba con dos grandes muros de piedra a cada lado. En la parte superior se construían las almenas para proteger a los soldados cuando se defendían de los enemigos. Para elevar los pesados bloques de piedra hasta lo alto de la muralla se utilizaban grandes grúas movidas por 4 hombres.
las puertas de las ciudades estaban compuestas por 3 vanos: un más grande, para el paso de carruajes y caballos y los demás más pequeños para los peatones. A izquierda y derecha se alzaban dos torreones para la defensa de la puerta. Los tres vanos se cerraban con tres enormes puertas de madera y la central se protegía con una reja, también de madera, que se manejaba desde una habitación superior mediante un sistema de poleas.
El agua[editar | editar código]
El agua potable llegaba por medio de uno o dos acueductos, desde un lago o río próximos. El acueducto se conectaba a varias cisternas. De un muro de las cisternas partían cañerías de plomo que llevaban el agua a las fuentes públicas, las termas y a las mansiones de los ricos.
El sistema de alcantarillado estaba conectado a las cloacas, unos túneles subterráneos lo suficientemente grandes como para poder caminar por su interior.
El comercio[editar | editar código]
Los campesinos y mercaderes situaban sus puestos al aire libre en una gran plaza rodeada por un edificio de una o dos plantas, en el que se instalaban los comercios fijos. En las calles próximas al mercado se encontraban los almacenes para conservar los productos más importantes como el vino y el aceite. En algunas ciudades con mucha población había varios mercados especializados en la venta de determinados productos: mercado de la fruta y verdura, del trigo, del pescado...
La casa romana[editar | editar código]
La casa típica romana era la domus. Su característica más importante era que tenía un especie de patio central que comunicaba con el comedor triclinium, la cocina y la despensa, esta patio se llamaba el atrium. También tenía un patio ajardinado rodeado de un pórtico con columnas, este patio se llamaba el peristylium.
La vida doméstica se hacía normalmente en el atrium, que gracias a una abertura cuadrada en el tejado, el compluvium dejaba pasar el aire y la luz y era el lugar más luminoso de la casa.
El pavimento del atrium y del peristylium estaba recubierto de bellos mosaicos.
A un lado del pasillo que comunicaba el atrium con la calle se encontraba el retrete, comunidado con el sistema de alcantarillado.
Edificios civiles y religiosos[editar | editar código]
Las ciudades romanas también también tenían uno dos templos, dedicados a los dioses romanos, así como los dioses nativos.
También disponían de instalaciones para el ocio. Las termas para el aseo y cuidado del cuerpo, estos eran también lugares de esparcimiento. El agua necesaria para operar estas instalaciones a menudo venía de muy lejos, porque los ingenieros crearon los acueductos. Estos acueductos cruzaban obstáculos naturales y llevaban agua desde un río a una ciudad.
Lugares de espectáculos[editar | editar código]
El teatro permite a los amantes de los espectáculos satisfacer su espíritu. Algunas ciudades, incluso tenían un Odeon para escuchar conciertos de música. Aunque más frecuentemente se trataba de un anfiteatro donde las autoridades organizaban espectáculos más populares, tales como batallas contra el leones o peleas de gladiadores.
Bibliografía[editar | editar código]
- Nacimiento de una ciudad romana. David Macaulay. Editorial Timun Mas ISBN 84-7176-275-7
